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  • María Gabriela Mena G.

Museos: ¿desconectados o hiperconectados?

"Museos Hiperconectados": frente a este postulado de Día Internacional de los Museos surge una importante pregunta: ¿Cómo nos conectamos y nos hiperconectamos cada uno de nosotros con los museos desde la más amplia perspectiva de la conectividad?

 
Fotografía de archivo "Taller La Bola"

Comienza mayo y yo no puedo hacer otra cosa que pensar en fiesta y celebración por este mes dedicado a los museos. Es que desde hace más de 40 años, el 18 de mayo se celebra el día internacional de los museos: una oportunidad para que podamos acercarnos a estos espacios, los analicemos y reflexionemos en torno a ellos.


Es por eso que cada año se elige un tema de reflexión relacionado a las realidades y preocupaciones de nuestro mundo contemporáneo. Este año el enfoque de la celebración es “Museos Hiperconectados: enfoques nuevos, públicos nuevos”.


Cuando por primera vez escuché sobre este tema, lo primero que vino a mi mente fueron cables, computadores y dispositivos móviles. Vi a los museos conectados a través de las redes sociales y nuevas tecnologías, en plataformas digitales tales como: páginas web de museos, fanpages de Facebook, tweets, fotos en Instagram, hashtags y videos en Youtube, que nos hablan de los museos de forma incesante, a la vez abrumadora y entretenida.


Pero tras esta vorágine digital que se extendió por mi cabeza, pude sacudirme un poco y entrar en razón. Fue entonces que empecé a pensar en qué mismo es esto de la hiperconectividad visto desde el mundo real, y como la hiperconexión se expresa más allá del universo digital cuando hablamos de museos.


Es que estos espacios, si bien se valen de recursos digitales para acercarse a sus públicos y darse a conocer al mundo, no son precisamente espacios virtuales o digitales, sino que más bien son espacios físicos, tangibles y reales, donde se habla sobre la memoria, se reflexiona sobre nuestras vidas, se aprecia el arte, o se puede vivir una experiencia interesante en torno a múltiples temas y áreas del conocimiento. Sin duda son espacios de comunicación y de conexión: son espacios que deben estar hiperconectados en el más amplio sentido del término: hiperconectados con sus comunidades, hiperconectados con la sociedad, hiperconectados con la realidad, hiperconectados con todas las personas por igual


Creo que para alcanzar esa hiperconectividad, los museos deben ser espacios que se relacionen con sus visitantes más bien por los contenidos y la experiencia que por su brillo digital. Lugares donde pasen cosas interesantes, donde se puedan vivir momento únicos, y que no sean espacios vacíos ni silenciosos. En definitiva: museos vivos y activos. No necesariamente museos virtualizados o digitalizados, sino museos que tengan sus propias estrategias de interacción hacia diversidad de comunidades: que se relacionen con quienes los visitan, con los que tienen ganas de ir y hasta con los que no van.



Entonces, habiendo comprendido de forma más amplia el tema de reflexión del día internacional de los museos de 2018, “Museos Hiperconectados”, vino a mi mente una pregunta mucho más interesante:


¿Cómo se conectan los museos conmigo y cómo me conecto yo con los museos?

¿Será que ellos y yo estamos hiperconectados?


Tengo una oleada de respuestas sobre mi conexión con los museos: me conecto desde los recuerdos personales, a través del compartir de mis emociones, desde las luchas y satisfacciones profesionales, desde la familia, las amistades y enemistades. Los museos me conectan a través de la relación con mis ancestros y también por la relación con mi mundo actual. Los siento en conexión con mi vida como espacios de aprendizaje, de diversión e inclusive de estrés. En conclusión: estoy hiperconectada con los museos en múltiples niveles.


Pero bueno, yo llevo unos 15 años viviendo alrededor de los museo debido a mi profesión. Por eso, la pregunta verdaderamente importante y que sigue rondando mi cabeza es:


¿Cómo sienten ustedes que los museos se conectan con su vida, con su cotidianidad, con sus emociones, con sus afectos?


Les dejo pensando en aquello, y sepan que sólo si esas respuestas les generan satisfacciones y emoción, es que en efecto entre ustedes y los museos hay una hiperconexión.


Y si eso no ocurre, pues entonces piensen cómo les gustaría empezar a hiperconectarse, porque la relación entre los museos y nosotros una cuestión de dos vías...


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