La conocí hace apenas algunos años, aunque ella murió hace 25 años. Su existencia ha sido visible solo para unos pocos. Pese a ser ecuatoriana, en Ecuador casi nadie sabe del trabajo que realizó, ni de lo importante que fué.
Me pregunto porqué…
La conocí sin conocerla muy a fondo, me encontré con sus líneas, sus colores y su pasión que me engancharon ahí en las salas de un museo de arte moderno, que, al parecer sin darse cuenta de la trascendencia, o al menos sin demostrarla, exhibía entre un centenar de otros lienzos, un par de pinturas de Araceli Gilbert.
Cuando la conocí, en realidad no supe nada de ella, leí su nombre, para saber quién había pintado esos trazos que llamaron mi atención y seguí. Pero más tarde me di el tiempo de conocerla un poco mejor… nada muy íntimo, nada demasiado profundo: la conocí como mujer, pintora, ecuatoriana (guayaquileña para ser más específicos), una artista innovadora.
Me llamó la atención entonces el saber de una mujer pintora ecuatoriana que a mediados del siglo XX, pintaba lo que ningún otro artista en el Ecuador estaba pintando. Eran tiempos en los que el realismo social y el indigenismo estaban de moda en América Latina, pero Araceli Gilbert: mujer, pintora, guayaquileña, irreverente, y rebosante de las vanguardias que conoció en Estados Unidos y Europa, plamaba expresivamente formas y color en un lenguaje más bien abstraccionista y geométrico.
Me la imagino incomprendida en sus tiempos, me la figuro inconforme, rebelde y fuerte. Me la imagino como las mujeres de hoy en día, tratando de enfrentarnos al mundo con decisión. Pero imagino que no le fue tan fácil como a nosotras hoy, porque tuvo que enfrentarse a la sociedad de otros tiempos que seguramente no estaba lista para este personaje, sin embargo, Araceli logró consolidarse como artista en Ecuador.
Me sigo preguntando porque hoy en día no la conocemos como deberíamos, porqué no se habla de ella como de otros personajes relevantes.
Ella es parte de la corta pero contundente lista de las mujeres pintoras ecuatorianas que han sido invisibilizadas. Araceli ha estado oculta entre nombres de varios hombres que habían triunfado en su quehacer artístico, porque al parecer la colonia nos legó esa idea de que la pintura no es oficio para las mujeres, como sí lo es coser y bordar.
Hoy ya no es novedad encontrarnos artistas mujeres en la efervescencia de la producción de las artes del Ecuador, pero aún así, hasta el día de hoy no es tan fácil encontrarnos con Araceli como un personaje reconocido por el público en general.
Y aún hoy, terminando la segunda década del siglo XXI, es difícil que la gente con facilidad traiga a la mente nombres de destacadas artistas plásticas y visuales ecuatorianas que sean reconocidas de manera generalizada.
Les invito a que ahora mismo hagamos la cuenta: piensen en los artistas ecuatorianos que conocen, cualquiera que venga a su mente, del presente o del pasado. Piensen en su artista favorito, o en uno que no les guste? piensen en el artista más reconocido del país… Seguramente ninguna mujer viene a su mente aún.
Ahora, traten de enumerar a un par de artistas ecuatorianas mujeres… alguna? más de una?
Sinceramente espero que muchos nombres hayan venido a su mente, y si no, no se preocupen, hay muchas, y desde ya pueden empezar a buscarlas, a conocerlas, a reconocerlas. Piensen y conozcan a estas artistas mujeres que trabajan hoy en día en el país. Sobre todo se vuelve más necesario en estos tiempos de dolor y tristeza, días en los que sería mejor que cuando pensemos en mujeres, no sea solo en aquellas a las que han matado. Sino que al pensar en mujeres, nos venga a la mente un universo de posibilidades, siendo uno de esos universos “el arte”.