top of page
  • María Gabriela Mena G.

¿Qué sentimos por los museos?

¿De donde parte nuestro gusto o disgusto por los museos? ¿Cómo se configura una relación simbólica entre los ciudadanos y los museos que los rodean? Si bien cuando somos turistas en una ciudad visitamos los museos como una forma de conocerlos, nuestra relación con los museos nace a temprana edad cuando nos llevan por primera vez a uno, y por lo general estas visitas están ligadas a la escuela.

 
Comercio popular en Quito (1895-1925-1940-1989-2019)

A lo largo de estos años trabajando en museos, he podido ver que algunos de estos espacios se vuelven una visita obligatoria de grupos escolares. Hay maestros que parecen tener la intención de convertir al museo en un lugar lo más parecido posible al aula, tratando de que los niños absorban la mayor cantidad de información en el menor tiempo posible. Por ejemplo cuando van la Museo de Cera a aprender de la independencia, o cuando los llevaban al antiguo Museo Nacional a ver un recorrido cronológico de la historia del Ecuador. Así también me he encontrado con maestros que llevan a sus estudiantes a los museos, como un recurso para darse un respiro, por que lo que dejan al grupo y desaparecen del lugar, asignándoles la tarea de anotar en sus cuadernos todo lo que el guía les diga.


Si bien los museos son espacios de educación no formal, y pueden estar vinculados muy de cerca con el aprendizaje formal de la escuela, es importante tener en cuenta que estos espacios no son desfogues de profesores, o sustitutos de las aulas escolares, puesto que usarlos de esa forma, tan solo puede generar aprensión por parte de los niños en su relación temprana con los museos.


Resulta determinante la forma en la que se teje nuestra relación simbólica con los museos, siendo las primeras visitas las que marcan la manera en la que aprendemos a percibirlos, y definen cómo nos vincularemos con estos espacios el resto de nuestras vidas.


Probablemente, toda la información que nos dieron en la visita a un museo cuando niños sea olvidada con facilidad, pero la sensación que nos llevamos de este espacio se queda en el subconsciente y trasciende en nuestra visión y relación con los museos a futuro...


Elitistas, sacralizados, autoritarios, omnisapientes


Amigables, interesantes, divertidos, interactivos


Recuerdo que mi querido amigo Marco Chiriboga Villaquirán me contó sobre su primera visita al Museo de Arte Colonial. Unos 60 años atrás, los niños eran obligados a sacarse los zapatos antes de entrar a este importante espacio, para que no ensucien el museo y para que no hagan bulla con sus pisadas.


¿Cómo creen que un niño se sentiría frente a los museos teniendo esta forma de relacionamiento? ¿Qué percepción generaría esta acción, tan simple pero muy simbólica, en un pequeño de 6 años?


Hace algunos años, realicé una mediación inolvidable con un grupo de niños de unos 8-9 años de edad. En las salas de exposición jugamos a interpretar nuestros sentimientos a través del color, los niños conversaban y compartían con el grupo, pudimos mover el cuerpo en medio de las obras de artes para tratar de imitar las figuras pintadas. Pero esa mediación era similar a las que ocurrían diariamente, lo que la volvió inolvidable fue que terminando el recorrido, se me acercó un niño (momento que jamás voy a olvidar) y me dijo algo como esto:


“Yo pensaba que los museos eran lugares aburridos, pero por suerte vine hoy porque esto estuvo super divertido”.


Creo que el día de hoy, habiendo transcurrido unos 8 años desde esa visita, aquel niño no debe recordar nada de lo que se le dijo en el museo sobre indigenismo, surrealismo, o arte abstracto, pero estoy segura de que esa sensación de diversión en el museo logró trascender en el gusto o el deseo de ese niño por seguir visitando estos espacios.


Sueño con que todos los visitantes de museos salgan diciendo frases inolvidable como la de aquel pequeño que siempre traigo a la memoria. Es que solo así lograremos que las nuevas generaciones, en un futuro muy cercano, cuenten a sus hijos y a sus nietos que su primera visita a un museo fue inolvidable. Solo así lograremos transmitir al mundo que éstos son espacios amigables, divertidos, interesantes, asombrosos, que son lugares que siempre hay que volver a visitar...


270 visualizaciones

Únete a nuestra lista de correo

No te pierdas ninguna actualización

¿Te gustó este blog?  - Suscríbete y no te pierdas ninguna actualización
bottom of page